El Constructivismo considera a la persona como un sujeto activo que construye su propio conocimiento a través de la interacción de los dos factores: ambiente y heréncia. Cada ser humano es el propio "arquitecto" de su aprendizaje basándose en conocimientos previos y actuales, conviertiéndose así cada conocimiento en único e irrepetible.
Cada día, nuestro conocimiento se amplia, se reforma, se renueva... todo a través de procesos mentales, ya que la "construcción" del conocimiento se realiza cada día y en todos los aspectos de la vida. En cualquier contexto de nuestra vida, ya sea familiar, personal o profesional, podemos aplicar nuestro conocimiento a una situación nueva o mejorar a partir de las experiéncias ya vividas.
Esta corriente, sitúa a cualquier persona que trabaje en el ámbito de la Educación al mismo nivel que sus alumnos, es decir, como un alumno más que puede aprender de los demás y que ha de cooperar con las personas. También sitúa al profesor como un orientador que guía en el camino, pero que no interviene directamente, si no que ha de enseñarle el "saber", el "saber hacer" y el "saber ser":
1.- ENSEÑARLE A PENSAR: desarollar las habilidades cognitivas que le permitan razonar.
2.- ENSEÑARLE SOBRE LA BASE DEL PENSAR: concienciar a los alumnos de sus propios procesos y estrategias mentales para poder controlarlos y modificarlos, para poder mejorar el rendimiento y la eficácia de éstos.
3.-ENSEÑARLE SOBRE LA BASE DEL PENSAR: aprender sobre las habilidades cognitivas y así poderlas aplicar durante el proceso educativo.
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